La mala situación
económica desde hace años de la
Casa de Guadalajara ha terminado por abocar a un cierre
parece que inevitable de esta institución en la capital de España. Años de
pérdidas en los balances se han sumado al inminente cambio en los alquileres de
renta antigua, que se liberalizan el 1 de enero de 2015. El conocido local de la Plaza de Santa Ana, su mayor
atractivo para muchos, se convierte en insostenible. Al parece, como la propia
Casa en su conjunto.
La Junta Directiva de la Casa de Guadalajara en
Madrid, en reunión celebrada el 2 de diciembre, ha acordado la convocatoria de
una Junta General Extraordinaria de Socios, que se celebrará el 13 de enero,
para disolver la Asociación,
ante la falta de viabilidad económica, al tiempo que comunica que a partir del
día 19 de enero de 2015 la Casa
permanecerá cerrada.
A PARTIR DEL DIA 19 DE ENERO, LA CASA ESTATARÁ YA CERRADA.
Más de cinco años lleva la directiva de la Casa de Guadalajara en Madrid
advirtiendo de la dificultad de sostener económicamente su local y sus
actividades y apelando a la colaboración de las Administraciones.
Se echa el cierre a 81 años de historia, desde aquel
4 de junio de 1933, en que se inauguraba aquella primera sede en la calle
Alcalá número 10, donde un grupo de entusiastas guadalajareños impulsaron esta
embajada de Guadalajara en Madrid, para combatir la nostalgia de estar fuera de
la tierra e impulsar todos sus valores en la capital de España, orgullosos de
ser de Guadalajara.
Se organizaron tertulias, bailes, conferencias,
fiestas y exposiciones y se publicaron revistas, todo se hizo y todo se intentó,
pero en los años ochenta, la situación económica empezó a ser preocupante. Ya
en los años noventa, se buscaron ayudas institucionales que durante esta década
y en tiempos de bonanza económica, nunca faltaron.
EN LA FOTO ENTRE OTROS, LA DIPUTADA DE CULTURA Y EL PRESIDENTE DE LA EDITORIAL AACHE
Pero ahora, la crisis ha llevado a la Casa, a una situación
irresistible, las cuentas no cuadran, no es viable continuar, y hay que cerrar.
Por otra parte, los tiempos cambian, y en la
actualidad, en los momentos que vivimos, las casas regionales ya no tienen
ninguna razón de ser. Guadalajara está al lado de Madrid. La gente tiene
coche y las comunicaciones han mejorado con respecto a 1950 o 1960 o
1970. Las casas de los pueblos se han convertido en segundas viviendas y los
abuelos ya murieron. Los padres son ahora los abuelos y algunos de los hijos
"pasan" de pueblo. La ciudad, Madrid, se ha globalizado. Hay de todo. Ya no hace falta llamar a los de tu
provincia para que te echen una mano, hemos creado un nuevo núcleo de amistades pluriprovinciales, y es imposible tener una Casa, cuyo mantenimiento en este momento es inviable pese a la mejor voluntad de
sus socios y las ayudas siempre tan necesarias como generosas de la Excelentísima
Diputación Provincial. No vivimos tiempos de romanticismo, hay
que ser realistas y decir adiós con el corazón.
Siempre nos quedará la Plaza de Santa Ana en Madrid.
ACLB
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