Este fin de semana, viernes y sábado, la villa almorcileña retrocedía
en el tiempo para mostrar su belleza arquitectónica y monumental, desde la
perspectiva que permite su fértil historia.
Almonacid de Zorita. 07 de agosto
de 2017.
Durante
dos días, Almonacid de Zorita ha regresado al medievo y al renacimiento, en dos
jornadas que han llenado de actividad y de público la villa alcarreña, a pesar
del calor que ha hecho en La Alcarria en las horas centrales del día a lo largo
del fin de semana. Este cumpleaños histórico de la localidad, se abría el
viernes con el desfile medieval, encabezado por soldados de los tercios de
Flandes, bailarinas y músicos, y guerreros medievales, seguidos por los niños,
que mostraron por primera vez a su 'Dragón Tragón', una manualidad sobre la que
después representaron el entremés teatral en el que han trabajado a lo largo
del verano en la ludoteca de la villa.
Cuando
hubo llegado el desfile a la Plaza del Ayuntamiento, la concejala de Cultura,
Rosario Toledano, preludió el pregón. La edil recordaba algunos de los
epígrafes del amplio programa con el que ha contado la Feria, organizada por el
Ayuntamiento, con el apoyo de la empresa Professional History. Además, la concejala agradeció el
trabajo de todas las personas que habían
hecho posible su inicio feria, dedicándole además unas cariñosas palabras a los
niños por el esfuerzo de representar un entremés teatral durante el evento, y a
su monitora, Teresa Martínez, que los ha dirigido.
El
pregonero, uno de los histriones que ha amenizado la feria, recordó que “en
estos tiempos confusos, es imprescindible saber de dónde venimos, para así
saber a dónde vamos”, así como también algunos de los personajes e
instituciones clave de la historia almorcileña, como Alfonso VIII, o la orden
de Calatrava. “Gentes de Almonacid, la historia no ha hecho más que empezar”,
afirmó.
Inaugurada
la Feria, se sucedían el teatro y los cuentacuentos para los más pequeños,
artes de misteriosos magos y las danzas de exóticas bailarinas, ya con todos
los puestos medievales abiertos, principalmente de artesanía, entre la que no
faltaban originales creaciones de la tierra almorcileña.
En
el casco antiguo de Almonacid hubo hasta cuarenta paradas diferentes, con todo
tipo de mercaderías. En la misma Plaza del Ayuntamiento estaba el pintor local,
Enrique Tellado. Exponía su última obra, prácticamente sólo acuarelas. En un
fértil momento creativo, Tellado aseguraba que “no paro de pintar, todo lo que
vendo estos días, es nuevo”, decía, rodeado de cuadros de todos los tamaños que
había pintado para exposiciones y para concursos, y también como ejercicios en
las clases que imparte. “Me he enganchado a la acuarela. A ver si logro sacar
el partido que quiero sacar”, contaba. Entre su obra, muchos paisajes guadalajareños y de La Alcarria
conquense, con los que expondrá próximamente en Almonacid.
Un
poco más allá estaba un ilustre almorcileño, el artesano Manuel Toledano. En un trabajadísimo puesto, mostraba sólo una
mínima parte de la gran colección de zambombas que tiene, hechas por el mismo,
de todas clases y tamaños. Siempre original, había fabricado
una sobre un cueceleches en desuso. “Lo he reciclado para fabricar el vaso de
resonancia de una zambomba, que es un instrumento musical rudimentario”,
explicaba. Con recipientes de Priego (Cuenca), mostraba a propios y extraños el
material con el que construye las zambombas en los talleres que sobre este
instrumento, que le fascina, imparte en Almonacid cuando se acercan las navidades.
En su exposición había verdaderas curiosidades. Unas estaban hechas con una
garrafa rota, otras con orinales, pucheros, cacerolas, cañas de bambú,
calabazas e incluso una de las más grandes, sobre una tinaja. En una vitrina,
perfectamente ordenadas, tenía las miniaturas con las que asombra a quienes se acercan a conocer su trabajo:
zambombas hechas sobre la cáscara de un huevo de gallina, de avestruz, en el
cuello de la garrafa, o sobre objetos aún más insólitos, como pendientes, bellotas y dedales. Por
descontado, “todas suenan. Si no, no son zambombas”, explicaba. En otra parte
de su gran exposición, el artesano había retrocedido sesenta años atrás para
mostrar a los visitantes cómo se trabajaba en el campo, a mano, con hoces y
trillos, e incluso una vieja galera que “me ha donado un amigo de Mazuecos”. A
lo largo del fin de semana, han sido muchas las explicaciones que ha regalado a
sus paisanos y también a los visitantes, propiciando además el intercambio
generacional de los abuelos con sus nietos.
En
la galería del Ayuntamiento, Mariano Pastrana exponía una prodigiosa colección
de miniaturas de edificios y aperos de labranza tradicionales, entre los que se
contaban dos molinos de aceite y otros dos de harina, una serie de arados
romanos, dos galeras para transporte agrícola, una máquina de aventar y dos
series de relojes, una de ellas hecha con los discos duros de los ordenadores,
entre otras muchas y bellas piezas. Todos los objetos estaban hechos a escala y
del mismo material que los originales. Fue una de las muestras más visitadas de la
Feria.
Frente
al Ayuntamiento, Rosa Ruiz mostraba sus rosarios, hechos con técnica de encaje
de bolillos, manualidades de punto de cruz, bordados de máquina y también el
pendón con los escudos familiares que había creado en el taller de costura de
las amas de casa. En su mismo puesto, María Teresa Anquela mostraba su bisutería de cerámica hecha a mano, de
reminiscencias australianas.
No
faltó a la cita la Asociación Tercera Joven, que, después de haber organizado
con gran éxito el primer certamen de Poesía León Felipe, se animaron también a
mostrar y vender sus recuerdos de Almonacid,
“que nos sirven para financiarnos”, según explicaba una de sus
integrantes, Rosalía Aparicio. Oscar
Medina, de Cervezas Vulturis, refrescó el calor alcarreño con hasta cuatro
estilos diferentes de cerveza artesanal que acercó hasta la villa almorcileña,
incluidas una nueva, Summer, muy fresquita para el verano, con sólo 3,9 grados
de alcohol y la novedad con la que
sorprendía al gremio no hace mucho tiempo: su cerveza con lavanda
Alcalatén, que lleva la imagen de un de los emblemas de La Alcarria, las Tetas
de Viana.
Alfredo
Martinez, un veterano de la feria que llegaba a Almonacid desde Illana, exponía
artesanía en piedra, alpaca y cuero. Eva Pérez, vecina de Albalate y de Madrid,
mostraba su bisutería artesana de diseños exclusivos. Era la primera vez que
lucía su trabajo en Almonacid, y se mostraba muy orgullosa de sus colgantes,
especialmente de uno de fimo, de estilo oriental, con metales engarzados. En la
puerta de la Ermita de la Virgen de la Luz, Rafaela Castuera, presidenta de la
Hermandad de la Señora, mostraba los recuerdos de la Virgen. A beneficio de la
Hermandad, en su puesto había todo tipo de objetos relacionados con la imagen:
Llaveros, velas, rosarios, reloj o pulseras.
Uno
de los últimos puestos del mercado era el de Antonio Alcocer, vecino de
Albalate de Zorita. Desde hace un mes, trabaja bisutería hecha con cemento, que
está teniendo un gran éxito desde que la puso a la venta. “Estrené esta nueva
línea de trabajo mía en la fiesta de la
lavanda en Brihuega, y luego fui con ella al Burgo de Osma, en Soria. Y gusta”, resumía. Además de los puestos,
talleres de caligrafía, luchas medievales, la forja de una espada, comedia de
calle, magos, desfile de antorchas, juicios inquisitoriales y espectáculo de
fuego, han hecho vivir a los almorcileños un histórico cumpleaños para sus
jornadas.
La
feria medieval también llegó a la residencia de la Virgen de la Luz, donde los
mayores disfrutaron de lo lindo con las músicas y trucos de magia de los
actores. Y también hizo disfrutar a los
niños, seguidores principales de todas las actividades programadas además
también de ser protagonistas de una de las más concurridas. El sábado, a las
21:30 horas, representaron un entremés teatral que su monitora de la ludoteca,
Teresa Martínez Parra, había escrito inspirándose en un CD de música medieval para
niños. Se llamaba 'El dragón tragón'. Contó la historia de la futura boda de
una princesa, obstaculizada por un dragón tragón que sólo estaba contento
mientras los cocineros del palacio lo alimentaban con cientos de platos
enormes. En la fiesta de petición de mano de la princesa, los cocineros,
hartos, se niegan a trabajar más, y el dragón amenaza con merendarse a los
niños y niñas del reino. Los caballeros no se atreven con el dragón. Sin
embargo, una de las damas de la princesa encuentra la solución. Tocando música
clásica con un arpa, duerme al dragón. Así que, para mantenerlo tranquilo,
desde ese momento en el reino siempre sonó la música. En la representación
participaron 26 niños. La obra duró veinte minutos y fue muy aplaudida por el
numeroso público asistente. “El rey y la reina tienen tres años, y la princesa
cuatro. Todos lo hicieron genial, dijeron sus frases con mucho desparpajo”,
comentaba la directora satisfecha con la conclusión de un trabajo de tres
semanas de ensayos en la ludoteca.
Al
término de la Feria Medieval y Renacentista, Elena Gordon, alcaldesa de
Almonacid, valoraba positivamente su devenir “como agente dinamizador, también
con la historia como aliada, del desarrollo rural de Almonacid y de su comarca,
además de haber divertido y entretenido a público de todas las generaciones”.
De
regular los flujos de tráfico, preparar los aparcamientos disuasorios y de
colaborar con la seguridad del evento, se ha encargado la Agrupación de
Protección Civil de Almonacid de Zorita, cuyo responsable
es Pedro Hidalgo.
AYUNTAMIENTO ALMONACID DE ZORITA
JAVIER BRAVO - BRAVO COMUNICACIÓN
TEXTO Y FOTOS - BRAVO COMUNICACIÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario